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Mírate en el espejo ¿Qué piensas? ¿Qué te dices? ¿Cuántos de estos mensajes son positivos?
Según Sharon M. Koenig, tenemos unos 60.000 pensamientos (ideas, imágenes, frase enunciada verbalmente) al día, muchos repetitivos, muchos inconscientes y la mayoría negativos (el 80 %). Junto con nuestras creencias y valores creas el mapa mental con el que nos movemos y que nos sirve para dar significado a lo que vivimos.
El #coronavirus ha hecho que nos sintamos muy vulnerables (no sabíamos cómo se transmitía o cómo frenarlo), y nos ha dejado una sensación de impotencia generalizada. Si las posibles causas de estrés (muerte de familiares, enfermedad, pérdida de trabajo, divorcio, súbita disminución de ingresos, …) se dan de golpe, a ti y a todos los que te rodean, ¿reaccionaremos todos de la misma forma? Cuando hablamos de seres humanos, sabemos que las emociones y interpretación de las emociones por cada persona es muy variada e imprevisible en muchas ocasiones. Necesitamos certezas que no podemos dar porque la situación es imprevisible.
Nos necesitamos, y mas cuando hay situaciones que nos muestran nuestra vulnerabilidad personal pero también la vulnerabilidad de la sociedad.
Solemos entender la vulnerabilidad como debilidad, cuando puede ser vista también como un valor: significa implicarnos en nuestra vida, abriéndonos a la conexión con los otros, a la empatía. Es cierto, requiere fuerza, coraje, para hacer frente a las adversidades que vienen, que ya están aquí, arriesgándonos a esa exposición pública de nuestras necesidades.
«La vulnerabilidad no es debilidad, y la incertidumbre, el riesgo y la exposición emocional a las que estamos sometidos a diario no son opcionales»
Brené Brown
Descartar la necesidad de certezas
Hay un experimento de laboratorio con ratones en los que, al azar, se les da descargas eléctricas. Al final se vuelven apáticos, indefensos, indiferentes. Salvo uno al que, de vez en cuando, cuando pulsa una palanca, tiene la posibilidad de no sufrir la descarga ¿Qué consecuencias tiene? A ese ratón le han dado una posibilidad, aunque mínima, de intervenir en su futuro, y eso condicionará su afrontar la situación con lucha.
Confía
Lo primero que necesitamos es cierta sensación de control: pensar que nuestras actuaciones tienen consecuencias, que hay un momento que puedo frenar lo que parece una caída libre. Es un momento ideas para encantadores de serpientes: «Confía en mí». Y será fácil que les cedas tu confianza.
Sin embargo, primero debes confiar en ti, para que las riendas del control te proporcionen la seguridad que, inestable como la vida, buscas:
- ¿Cómo te ves? ¿Cuáles pueden ser los activos en estos momentos?
- Comunícate: pide ayuda personal, económica… Plantea tu situación. También te ayudará a saber dónde estás y dónde quieres ir.
- Como apoyo, recuerda qué experiencia del pasado te sirvió para solucionar un problema similar. Aprende de tus aprendizajes.
- Piensa en positivo: es verdad, tenemos una crisis MAYÚSCULA, pero pensar en soluciones será de mas ayuda «Imagínate si…» añadiendo lo que quieras que pase. Repítelo y busca los medios para lograrlo.
- Con lo que sabes hacer ¿puedes reinventarte? ¿buscar otras alternativas?
- Va a ser un camino duro, seguro. Así que en nuestra mochila debemos incluir una dosis de resistencia: puede que aparezcan impedimentos. Tenlos previstos en ese plan realista y a corto plazo que vas realizando.
- Hay que rodearse de compañeros de viaje adecuados: las personas a las que quieres. Pero también incluye una visión compasiva (visto como la búsqueda de bondad y armonía) hacia los demás Y HACIA TI.
- Recuerda cuidar a tu autoestima, ese tobogán de constantes sube-baja ¿Cómo? Aplica las ideas anteriores; crea tu plan y ten preparado el plan B, C, D… Para los posibles imprevistos.
Ahora, un pequeño ejercicio: vuélvete a acercar al espejo y te vas a repetir frases que te gustarían oír («Hoy vas a tener un buen día» «Me quiero tal y como soy»)
Este análisis lo hemos hecho con nuestra baraja de la resiliencia que utilizamos con mujeres en Nicaragua y Perú . Allá aprendimos que se pueden analizar todo tipo de problemas que podían parecer insalvables. Porque la vida tiene el afán de continuar.